Rex se enfrenta a un grupo de langostas mutantes que se alimentan de metal, dejando una estela de destrucción tras de sí. Sin embargo, derrotarlos no es una tarea fácil. En el proceso de encontrar una manera de acabar. Rex accidentalmente despierta las langostas mutantes que luego lo hunden en un lago en el que casi se muere, de no ser por el nanite Omega.